viernes, 22 de junio de 2007

El espejo y Ruinas

El espejo

Miradas, visiones, anhelos, sueños, fantasías confesables e inconfesables, esperanzas, ojos enrojecidos, luminosidad y oscuridad, mirarse en un espejo es mirarse a sí mismo y es mirar a otro a la vez, al otro Ego, al otro yo, al que se acecha y se persigue, se llora cuando no se logra y se llora cuando se pierde, porque la pérdida es irremediable, tan indisociable como la vida y la muerte, el hambre y la saciedad.
¿Cuántas veces habrá llorado el hombre delante de su imagen, de su YO más profundo? ¿Cuántas sonrisas maliciosas se habrá lanzado a sí mismo, a su pequeño Satán mientras planeaba lo que iba a hacer? Todas estas miradas, cristalinos y saladas lágrimas conforman nuestra psique, nuestra historia, biografía...el espejo es el punto de partida de nuestra conciencia, cuando por primera vez tomamos plenamente conciencia que existimos, como el niño que se siente abrumado la primera vez que ve su rostro ¿Así soy realmente, así me ven las personas? Esa pregunta fuerza un sí por respuesta. Así, sí, en todos tus sentidos, eres esa imagen, la que te acompaña, la que va cambiante como las nubes, en todos tus momentos, es lo último que miras antes de irte a tu primera cita, lo último que miras antes de ir a una conferencia que impartes, lo último que miras antes de casarte, lo último que miras antes de morir, reflejado en el cristalino de otro ser humano. Te ves mientras expiras, y sonrojas por no haber mirado mejor en tu vida.


Ruinas

Algo me entristece y me anima en los lugares abandonados. Es un anticipo de nuestra vida. La ausencia de ella, habitará nuestro cuerpo que será la fachada hacia el mundo de lo que un día albergó. Caminando entre ruinas, entre vegetaciones que volvieron a su reino tras años de destierro, me siento solo pero también acompañado por los antiguos sonidos que golpearon las paredes, de las vidas que golpearon en las cajas torácicas de los hoy días muertos. Se respira vida entre ruinas.
No se puede dejar de sentir escalofríos cuando entras en semejante espacio vetado, cuando irrumpes en un sitio que nunca fue el tuyo, pero sí fue el de otros, donde aquellos ocupantes tenían sus vidas ajenas a las tuyas, totalmente desconocedores de tu futura existencia.
Volvemos a casa tras estar sobrecogidos por el aparente silencio de los muros inanimados, por la inutilidad de los objetos más cotidianos que se encuentran en esos lugares, volvemos a casa convencidos de encontrar un refugio eterno a nuestros tormentos, pero, no nos engañemos, algún día alguien pisará nuestra morada, alguien sentirá escalofríos tocando nuestras paredes y oyendo el estrepitoso silencio de las habitaciones que un día acogieron nuestra vida, y volverán, no nos engañemos a sus casas a sentir la aparente permanencia de sus propias vidas, que no es sino ilusión y temporal. Algún día, nuestros cuerpos y nuestras moradas serán tristes y abandonados.

Fiebre del Sábado Noche

Suena el despertador...

Mi cerebro emerge del plácido sueño en el que estaba. Entre brumas trato de apagar este dichoso martillo compresor que me ataladra la mente. por fín. Silencio, Me levanto de la cama, los ojos entreabiertos, un velo cubriendo aún mis pupilas, como si fueran cataratas. Tengo que espabilarme. Voy al cuarto de baño y me limpio la cara y me miro al espejo.
Esto de currar de noche empieza a notarse. Ojos hinchados, tez pálida y pinta de cansado me empiezan a asustar un poco. Sólo hace falta que me salgan arrugas para rematar el cuadro. Miro el reloj. Ya son las 21h10, voy a tener que darme prisa para llegar a las 22h00 a la casa cuartel. Empiezo a afeitarme y me pongo el uniforme. Ya empiezo a sentirme un poco mejor.

Cojo el coche y recorro las calles del pueblo que empiezan a animarse un poco más. Es sábado y se nota. Llego a la casa cuartel y empiezo el relevo. Me asignan hoy de compañero el Cabo Auñón, un tío con más años de experiencia que Galindo y de sonrisa fácil. SIempre está contento el tío.

- Bueno, ¿qué? ¿Qué tal la noche/mañana? ¿Has dormido bien?. Me pregunta
- Sí claro, he desayunado una pizza... Le replico con una mueca.

Empieza a reirse a carcajadas...Pero qué feliz es el tío... Empezamos con los chistes verdes que tanto nos gustan de camino al Megane y empezamos la ronda de buen pie.

El pueblo no es demaisado grande. Es casi una ciudad (25 000 habitantes) pero tiene mentalidad pueblerina. No tiene que ser eso necesariamente malo pero impera un ambiente cacique que no favorece a su desarrollo. Empezamos por los extraradios, para calentarnos un poco. Veo la gente feliz, hebria algunos ya, titubeantes por la acera, girando el cuello como para partírselo tras cruzarse con una imponente "mozuela". No puedo reprimir una sonrisa al ver aquello.

Seguimos dando vueltas sin rumbo establecido hasta que ya son las 00:00. A esa hora decidimos ir a la antigua zona de botellón. Hace poco que entró en vigor la ley antibotellóny algunos aún se resisten a quitarse las "buenas costumbres", aún teniendo zona habilitada. ¿No dicen que los hombres son animales domesticados?

Llegamos al sitio y nos bajamos del coche. Parece tranquilo. Un par de ancianos paseando y poco más. Damos una vuelta por el parque charlando cuando por una escalera que accede al parque empiezan a bajar cargados de bolsas unos 30 jóvenes...Nos quedamos mirando a los chicos, pensando "Bueno, quizas vayan al otro sitio...."Pero lejos de eso se instalan allí mismo.

- Míralos, si es que se les habilita zona para el bebercio y nada, erre que erre.., Me dice el Cabo.
- Ya, qué se le va a hacer. ¿Pedimos refuerzos?., le pregunto
- Venga, que 2 contra 30 no creo que sea apropiado- Me dice guiñándome el ojo.

Me alejo un poco y llamo a la casa cuartel.

- Venus, Venus, Aquí Patrulla 1, me recibe?
- Patrulla 1, aquí Venus adelante.
- Solicitamos refuerzos para la zona antigua del botellón, que va a haber bronca, cambio
-Patrulla 1, le recibo. Mandamos para allá dos coches más. Llamamos a la local tambień. Cambio
- Venus, aqui Patrulla 1, de acuerdo, Esperamos en la zona. Cambio y corto.

Me acerco al Cabo y le hago parte de lo que me dijo la sala. Me hace un gesto con la cabeza confirmando que ha escuchado. Esperamos en la zona sin perder de vista a los chicos que ya empiezan a calentarse.

A los 10 minutos vemos los coches llegando, tanto los nuestros como los de la local, sirenas apagadas. Ya somos 15 tíos. Esto ya es otra cosa. Viene junto a nosotros un sargento de la Guardia Civil y un Oficial de la local. Vamos todos hacia el grupo, haciendo piña y llegados a unos 30 metros de ellos empezamos a desplegarnos en abanico.

- Buenas noches. No sabéis que no podéis estar aquí?- Pregunta el sargento, flanqueado por el oficial y otro guardia civil.

Los chicos se miran. Algunos se ríen, otros nos miran firmemente agarrando botellas.
- Sí, lo sabemos, pero es un país libre no? Y eso es vía pública me parece. Espeta el que parece el más listo del grupo.

Hemos topado con un listillo pienso para mis adentros. En fín, hay que joderse.

- Es vía pública pero una ley prohibe hacer botellón aquí, así que ya podéis ir a otro lado, que hay zona habilitada. Le replica el Oficial de la local

- Que no nos vamos leche. Dice el chaval.

Empiezan a levantarse algunos chavales, litrona en mano, otros nos miran fijamente. Cruzo la mirada con uno de ellos y casi podía leerle la mente. Sí, quería tener mi cabeza colgada en su habitación, como esos snobs que iban de safari en Africa en el Siglo XIX...Maldito crío.

Se acerca el listillo a dos palmos del Sargento y le mira fijamente a los ojos.

- No nos vamos. ¿Qué váis a hacer, chulos?- Tras soltar eso, se da la vuelta dando la espalda al suboficial, que se queda atónito. Le coge el brazo al chaval para que no se vaya pero éste se gira y le pega una bofetada con el dorso de la mano que le hace tambalearse hacia atras...La cazería está abierta.

El oficial y el guardia que estaban junto al sargento van a por el joven. Mientras que unos 20 chavales empiezan a concentrarse en el centro, para apoyar a su colega. Nosotros vamos hacia dentro también. Sube la tensión, y empieza a complicarse todo. Vuela una botella que impacta en la cabeza de un local. Su gorra sale disparada de la cabeza, la cual empieza a sangrar profusamente. Todo se vuelve caótico.
Empieza la pelea. Gritos, insultos, botellas volando. Voy a por un chaval que está corriendo para lanzar una patada a la espalda de un compañero. Consigo agarrarle por el cuelo de la camisa y paro su envite pero este se gira y me pega un codazo en el ojo. Lo agarro más fuerte aún y me inclino hacia delante para entrar en el cuerpo a cuerpo y poder llevarlo al suelo. Empieza a sonar aquella canción de los AC/DC en mi cabeza, HIGHWAY TO HELL, I'M ON HIGHWAY TO HELL...Por qué me viene esto a la cabeza ahora?
Lo llevo al suelo como buenamente pueda. Tenemos un forcejeo abajo. Veo botellas rodando, soltando la cerveza tras de sí. Oigo otras que se rompen. Insultos, golpes secos contra costillas flotantes.

- Don't need reason, don't need rhyme
Ain't nothing I would rather do
Going down, party time
My friends are gonna be there too


Consigo darle la vuelta y engrilletarle, una rodilla entre sus omóplatos. Miro hacia arriba y veo una patada que va hacia mi barbilla. Intento esquivarla pero fallo el intento por poco. Un dolor agudo se apodera de mi lengua. Es como si estuviera colgando de un hilo. Un compañero va en mi ayuda y se encarga del karate kid este, mientras yo me arrodillo en el suelo y empiezo a escupir sangre. Veo mi lengua herida, derramando mi sangre en la arena, como los toros tocados a muerte. Un gran calor se apodera de ella, empieza a palpitar como si fuese mi corazón. Más sangre cae. Me levanto y veo el chaval que engrilleté que sale corriendo.

- 'Uelve, 'oé, 'uelve. Ya no puedo ni hablar de como me han dejado la lengua. Salgo corriendo y consigo pillarlo. Vuelta al suelo, vuelta de la rodilla entre sus omóplatos (parece que se encuentra en su sitio ahí...)Lo levanto y veo que la pelea amaina. Casi todos los chavales estan ya engrilletados, y otros levantan las manos para no recibir más golpes. Aquello es un caos de botellas rotas, gorras en el suelo, zapatos solitarios esperando su horma.

Llevamos a los detenidos a la jefatura y a la casa cuartel para tomar declaración mientras que yo y unos pocos más agentes heridos (10 en total) vamos a urgencia para el parte de lesiones y una sesión de costura gratis. (Coser una lengua es lo más extraño que he visto)
Ya de vuelta en el cuartel veo padres enfadados haciendo aspavientos ante mis superiores, Habeas corpus por ahí y Cuerpos Christi por allá. Vuelve la tensión por momentos pero los padres, más razonables visiblemente que sus hijos no llegan a las manos y acaban marchándose con sus hijos, algunos. Se van a librar por menores.
Son ya las 4 de la madrugada cuando acabo la comparecencia para el Atestado. Ya falta menos para ir a casa. Las pocas horas que faltan pasan volando. Viene mi relevo y ve mi cara.

- Macho, habéis tenido movida. Vaya fiebre del sábado noche ein.
- 'í, 'í. 'o ve'as.

Me subo al coche. En silencio. No hay casi nadie por la calle. ¿Quién va a haber, a las 8 de la mañana un domingo....?Llego a casa. Me quito el uniforme, y me echo un vaso de zumo que me bebo mientras voy ante el espejo.

Vaya cara...Ahora tengo que añadir un ojo morado y una lengua con 4 puntos de sutura. Hay que joderse. Bebo un sorbo de zumo. Lo saboreo, y empiezo a sonréir.
Me siento vivo........

I'm on the highway to hell

No stop signs, speed limit
Nobody's gonna slow me down